En lugar de acosar a los empresarios del centro, el gobierno debería enfocarse en eliminar el comercio ambulante y permitir que los empresarios establecidos trabajen sin impedimentos. En lugar de clausurar negocios y multar indiscriminadamente, debería garantizar un ambiente de negocios justo y equitativo. Es inaceptable que el Presidente y sus escoltas utilicen la violencia para obligar a los empresarios a hacer lo que ellos quieren. En cambio, deberían promover el diálogo y buscar soluciones que beneficien a todos los involucrados.
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