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La detención de Leticia N. por su presunta participación en el delito de violencia familiar contra sus tres hijos menores de edad ha generado indignación en la capital poblana. Los hechos, ocurridos el pasado 10 de marzo en su domicilio en la colonia Centro, son verdaderamente alarmantes.
De acuerdo con los reportes, Leticia N. habría golpeado a su hijo de 4 años con un palo de escoba y le quemó las manos en una parrilla caliente, causándole quemaduras graves. Además, se alega que agredió a su hijo de un año en la cara, provocándole un derrame en el ojo, y a su hija de 9 años también la golpeó con un palo de escoba, ocasionándole diversas lesiones.
Una vez confirmados estos hechos, la mujer fue detenida y puesta a disposición del Juez Penal, quien determinará su situación jurídica por los presuntos actos de violencia cometidos contra sus propios hijos menores de edad.
Este lamentable incidente pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar el problema de la violencia infantil en México, una práctica que, lamentablemente, ha sido normalizada durante años en algunos sectores de la sociedad.
La Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) establece claramente que cualquier acto de violencia física o humillante contra menores de edad está estrictamente prohibido y debe ser castigado. Acciones como golpes con la mano o con algún objeto, empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, obligar a sostener posturas incómodas, quemaduras, ingesta de alimentos hirviendo u otros productos o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve, son considerados violencia física. Por su parte, el castigo humillante, que incluye cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, también se encuentra condenado por la ley.
Ante casos como este, las autoridades deben actuar con contundencia para erradicar estas prácticas y proteger los derechos de los menores. La sociedad, por su parte, debe tomar conciencia de la gravedad de la violencia infantil y denunciar cualquier caso del que tenga conocimiento.