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En un hecho que ha sacudido a la entidad morelense, un hombre fue ejecutado a balazos a escasos metros del fraccionamiento en el que reside el Gobernador con licencia, Cuauhtémoc Blanco. El asesinato tuvo lugar justo en la ubicación de una cámara de videovigilancia del C5 de la entidad, sin embargo, las autoridades policiacas no realizaron movimiento alguno para detener a los sicarios.
La tarde de este martes, testigos presenciaron cómo sujetos armados viajando en una camioneta blanca abrieron fuego contra un hombre de aproximadamente 50 años que caminaba cerca de la puerta 2 del exclusivo fraccionamiento Tabachines, lugar de residencia del ex futbolista y actual mandatario estatal.
A pesar de la supuesta seguridad reforzada en esta zona residencial, donde además del Gobernador habita el jefe de la policía de Morelos, José Ortiz Guarneros, los sicarios lograron escapar a toda velocidad tras perpetrar el asesinato a plena luz del día.
Lo más alarmante es que, de acuerdo con reportes policiacos y testimonios de vecinos, en el sitio del homicidio existe una cámara de videovigilancia del C5. Sin embargo, la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos no lanzó ninguna alerta ni realizó acciones para intentar detener a los responsables de este crimen.
Este hecho violento, ocurrido a tan solo unos pasos de la residencia del Gobernador con licencia, ha generado una ola de indignación y preocupación entre los ciudadanos morelenses. La aparente impunidad con la que actuaron los sicarios, desafiando incluso la presencia de cámaras de seguridad, pone en tela de juicio la capacidad de las autoridades para garantizar la paz y el orden en la entidad.
Hasta el momento, ni el propio Cuauhtémoc Blanco ni el jefe policiaco han emitido una posición oficial sobre este lamentable suceso, lo que ha aumentado la sensación de vulnerabilidad e inseguridad en la población.
Este asesinato a las puertas del Gobernador representa un desafío sin precedentes para las autoridades estatales, quienes deberán actuar con contundencia para esclarecer los hechos, capturar a los responsables y, sobre todo, implementar medidas efectivas para recuperar el control de la seguridad en una zona que se suponía blindada.
La ciudadanía morelense exige respuestas y acciones concretas ante este escenario de violencia desatada, que ha llegado incluso a los umbrales del poder ejecutivo estatal.